lunes, 24 de junio de 2013

¿Es la muerte una gran mentira?

Indiferentemente de cualquier creencia o religión, las cuales respeto mientras no sean tan radicales y extremistas de cometer atrocidades en nombre de su o sus dioses. Quisiera reflexionar aquí, frente a los lectores que pueda tener este blog, algunos fieles, otros exporádicos, pero que es de agradecer cualquier visita tanto como la crítica constructiva.

Quisiera empezar diciendo que me gustaria exponer diversas fuentes de información de las que he extraido ciertos aspectos que me han llevado a esta conclusión. Lamentablemente creo que existe cierto interés en mantener cierto conocimiento oculto, y esto es algo que se ha hecho desde que el hombre es hombre, y que debe de existir una fuerza o conocimiento cuyo propósito es evitar la evolución del ser humano hacia un grado más evolucionado de conciencia, lejos de lo que se pueda expresar dentro de la teoría de la evolución expuesta por Darwin, ya que objetivamente creo, siempre desde mi punto de vista que puede diferir con otras teorías e hipótesis, que la evolución del ser humano no se ha planteado correctamente a lo largo de la historia como he podido estudiar.

Para empezar habría que comenzar a pensar qué es el hombre, cual es su propósito en esta vida, y hacia donde se dirige con sus actos de contínua ¿evolución?. Estas son preguntas que cualquier filósofo se ha planteado a lo largo de sus años de análisis y observación. No obstante cabe destacar que muchos de ellos han sido banalizados debido a que sus conclusiones no han sido de agrado para aquellos que han dedicado sus esfuerzos a conseguir que ciertos aspectos o pensamientos no se generalicen para evitar una revolucion humana, ya que eso supondría la pérdida del control y privilegios de ciertas entidades o personas.

Sería imprescindible hacer un énfasis en lo que se conoce como "la historia oficial", que no es más que el estudio de una historia incompleta, y con gran controversia en ciertos puntos históricos, que aunque se ha demostrado con datos y pruebas fehacientes de que esas partes de la historia no están narradas correctamente, el interés que existe es totalmente contrario a reescribir y corregir la historia para que sea estudiada de ahí en adelante correctamente. No obstante, y como si de una película al más puro estilo hollywoodiense se tratase, existe otro poder, fuerza, personas (llámese como bien cada uno crea conveniente) cuyo propósito es recuperar una historia completa, de la cual obtener las distintas narraciones de los hechos desde distintos aspectos y posiciones sociales, y que sutilmente nos dan pequeños apuntes y detalles para que individualemte se analicen ciertos factores que se escapan dentro de la historia conocida como "la oficial".

Aún no he dado ningún indicio a lo que el título de este artículo se refiere, y es que he decidido expresar las observaciones anteriores para indicar de donde salen tales hipótesis. De ahora en adelante intentaré ser más conciso y no exponer tantas divagaciones.

En el título me he referido a la muerte como una gran mentira, ¿que hay de cierto en esto?, realmente es únicamente una divagación más al concepto filosófico de saber qué es el ser humano. Pero basándome en ciertos aspectos de distintas culturas, generalizadas en distintos momentos históricos y sin haber tenido previo contacto entre ellas. Es preciso destacar la similitud de conocimientos y narraciones tan semejantes para no tener nada en común unas con otras. Y sin embargo en su gran mayoría de conocimientos la similitud es tal, que parecen ser la misma cultura o civilización, pero en otro momento histórico y bajo los mismos intérpretes en cuanto a su historia se refiere.

¿Hasta que punto esto es cierto, por qué no se ha indagado más a fondo en el estudio de estas semejanzas históricas, y por encima de todo, existe un propósito de eliminar estos vestigios históricos del estudio "oficial" de la historia?. Obviamente desde mi punto reflexivo, la respuesta es sí. Y no contento con un sí rotundo sería capaz de poner la mano en el fuego en pro de demostrar que lejos de los intereses ecónomicos de cualquier guerra, tales como los recursos naturales o el petróleo en sí, o el enmascarado propósito de la democratización de los gobiernos, tachados por los intereses capitalistas como terroristas. La guerra sirve para ocultar los vestigios que puedan quedar de la historia de ciertas civilizaciones, los casos más recientes ocultan su verdadero propósito del pensamiento global, manejado por los medios manipulados de información y catalogados como medios oficiales y verídicos, pues durante la invasión de Irak, se destruyeron miles de documentos de la civilización de la antigua Sumer que se custodiaban en el museo de historia de Bagdad. El siguiente paso se está produciendo en Siria, cuyas estructuras arquitectónicas que datan de fechas antiquísimas están siendo arrasadas mediante supuestos ataques terroristas. Debo aclarar que mi postura en el momento de pensar en "supuestos ataques terroristas" es debido a la concepción de no creer ciegamente en aquellos acontecimientos marcados por la teoría oficial, todo queda siempre a la libre interpretación que cada cual haga individualmente de la información que le llega.

Ahora bien después de esta larga para algunos, breve para otros o escasa introducción al análisis de ciertos acontecimientos, quisiera entrar de lleno en ciertos aspectos de las culturas que he citado por encima, y aunque no he dado ningún dato sobre dichas culturas, creo que al hablar previamente de los vestigios de la antigua Sumer ciertos lectores ya sabrán por donde va encaminada dicha observación.

Para empezar a ahondar en las características tan similares entre tantas civilizaciones quisiera comenzar por los conocimientos del universo y nuestro sistema solar tan profundos y exactos que poseían. Estos conocimientos, según señalan en sus creencias todas estas culturas, fueron dados por unos dioses que bajaron del cielo y les otorgaron dichos conocimientos. Como ejemplo claro y directo, mencionaré las culturas Maya, Azteca, Sumeria o Dogón entre otras muchas y diversas repartidas a lo largo de todo el planeta y en distintos períodos históricos. Profundizando en el conocimiento que poseían estas culturas del cosmos podemos destacar la ubicación y conocimiento de los planetas que conforman nuestro sistema solar, así como de sus elipses alrededor del sol, sus movimientos rotativos sobre su eje, y lo que es más extraño aún el aspecto de dichos planetas, tan exactos y descriptivos que concuerdan con los datos actuales de los que tenemos conocimiento, y que obviamente estas culturas no tenían dispositivos o artilugios para realizar tales observaciones al nivel tan exacto como con la tecnología de la que disponemos ahora para poder verificarlo.

Pese a los conocimientos aportados por estas culturas que he citado en su minoria en el párrafo anterior, cabe decir que el planeta Plutón no fue descubierto y documentado hasta el año 1930 dentro de la cultura occidental, ya dispuestos en esta controversia cultural, si nos referimos al planeta Neptuno podemos observar que pese a que Galileo lo descubriese en el año 1611, no fue hasta 1846 que se constatara dicho descubrimiento del planeta dentro de la teoría oficial, y sin dejar en el aire el dato de que Galileo fue juzgado por afirmar con sus indagaciones que la tierra, ni es plana, ni es el centro del universo, y que tal fue el acoso y sometimiento que sufrió, que se vió obligado a retractarse de sus afirmaciones hasta que más tarde se diese dicha teoría como válida. Habiendo dejado claro estos datos, y refiriéndonos a las culturas previamente mencionadas más otras que no he citado, afirman claramente lo que Galileo predijo, la diferencia radica en que estas culturas lo constataron miles de años antes, con tal precisión que puede llegar a sugestionar al investigador a creer que contaban con algún tipo de tecnológia equiparable a la que disponemos en la actualidad, pero resulta evidente la ausencia de tal tecnología en los hallazgos arqueológicos que se han encontrado hasta ahora, con una pequeña salvedad que puede sugerir que la primera civilización egipcia pudo albergar conocimientos de electricidad y conducción eléctrica debido al hallazgo de una caja cuya descripción y posteriormente el análisis científico, deja en el aire la posibilidad de que dicho instrumento fuese utilizado como una bateria. Un apunte más es que dicho hallazgo se encuentra en un museo británico del que no recuerdo su nombre (siento no poder aportar dicho dato, ya que es interesante), y que es uno de los tantos objetos y vestigios de esta civilización que fueron saqueados por los países europeos durante la expansión de la cultura occidental, que así es como se han empeñado en llamar a semejante saqueo cultural.

Creo que me estoy entreteniendo mucho con la aportación de datos ya que el tema al que me refiero no parece tener nada que ver con nada de lo que estoy exponiendo. Pero dejando en el aire este pequeño análisis histórico seguiré profundizando en los conocimientos que han aportado las culturas olvidadas por la historia al tema que quiero tratar de exponer. Por lo tanto dejando atrás todo lo anterior,  seguimos analizando lo que las antiguas culturas afirmaban con tan ansiada certeza. Para no alargar esto más de la cuenta voy a ir más directo al meollo de la cuestión que nos ocupa, y no es nada más y nada menos que hacer referencia a la muerte como una gran mentira.

En principio, voy a realizar una afirmación que puede ser objeto de crítica, obviamente es una afirmación que yo hago y que no debe ser comprendida como acertada en ningún momento, ya que como toda afirmación siempre queda dispuesta a la crítica constructiva y deliberada, como a la comparativa y análisis de veracidad que se pueda aportar. Y la afirmación es tan simple como decir que la muerte no existe, y que el concepto de muerte ha sido tratado por las religiones y gobiernos como un método de manipulación de las masas. Una vez dicho esto, y abierto a cualquier crítica que cualquiera, al leer estas líneas vea en su necesidad aportar, voy a exponer un breve resumen del por qué realizo dicha afirmación. Me expongo, como es obvio, con dichas explicaciones a ser tratado como un loco, un charlatán, o bien cualquier otro calificativo usado en estas situaciones.

Estas culturas mantenian nexos comunes en cuanto a ideología y conocimientos. Uno de esos nexos hace referencia a los dioses que les otorgaron sus conocimientos astronómicos, económicos, matemáticos y culturales. La siguiente conjunción expone la idea de universo tan dispar a nuestra concepción actual, en la que se dice que al igual que unos dioses se centraron en guiar a la humanidad por el camino de la evolución, también existieron ciertas categorias de entidades, unas denominadas como dioses de oscuras intenciones, o en su defecto demonios o diablillos, que su propósito no era otro que confundir a los humanos para que no encontraran el camino que les guiase hacia la evolución. Al contrastar estos términos con las religiones que existen en la actualidad, se puede apreciar la similitud de los textos modernos donde los dioses competian entre ellos para comprobar quien conseguia mas fieles. Esta y otras similitudes pueden llevar a la conclusión de que los libros sagrados de las religiones actuales son traducciones mal planteadas de sucesos históricos contados como leyendas o bien forman parte de una mitología cuya invención no es más que producto de la mente humana. Pero si hay algo que conecta todos estos escritos es la referencia y similitud que se encuentra en las epopeyas que se narraron en tablillas de mas de 30000 años de antigüedad y que actualmente su existencia está comprometida debido a los conflictos bélicos que transcurren en nuestra actualidad. Es en este punto donde individualmente reflexiono si existe algún tipo de interés en que las similitudes expuestas con estos vestigios históricos no salgan a la luz, y de hecho no puedan ser estudiados con detenimiento. ¿Es posible que alguien no quiera recuperar la historia de ciertos orígenes culturales por algún motivo en especial?. Esta es, como tantas, otra pregunta que queda en el aire a la espera de que algún día pueda ser respondida.

Siguiendo en la línea de estas culturas, nos encontramos con el concepto de espiritualidad presente en básicamente todas y cada una de las religiones actuales. Pero existe una gran diferencia en este concepto, y es el hecho de que las religiones actuales tratan la espiritualidad individualmente cuando en la antigüedad ese concepto se tomaba a nivel tanto individual como colectivo. Y es ese, desde mi concepción, uno de los factores que más a separado a los hombres de su convivencia y afán de superación como grupo, ya que el individualismo conduce a la competencia, y la competencia es lo que yo concibo como el principio de cualquier guerra. Sin dejar de lado este énfasis en la espiritualidad colectiva de la que nos hablan las antiguas culturas, entrando más de lleno a ese concepto nos encontramos con la creencia de afirmar que la materia no es más que la vibración de la enegía del universo vibrando en distintas frecuencias, y que todo lo que concebimos como seres vivos e inertes forman parte de la vida de esa energía, incluso nosotros mismos somos la esencia de esa energía. Este concepto se puede observar en una de las filosofías budistas actuales fundada por Nichiren Daishonin, el cual murió en prisión por afirmar y querer transmitir esta filosofía al mundo. Con esto nos encontramos con el mismo paradigma que venimos encontrando al estudiar todo este concepto, un hombre ajusticiado por sus creencias cuyo mensaje no se quiere hacer llegar al mundo, y me pregunto de nuevo, ¿qué beneficio se puede sacar al ocultar estos datos al mundo?. Por suerte la filosofía de Nichiren Daishonin no ha muerto con él y en la actualidad está abriéndose camino en la sociedad actual.

En continuación al concepto de la energía, y es aquí a donde llego con mi concepción de la muerte como la gran mentira, se hace notar en estas culturas que el ser humano, al igual que todo lo que vemos y no vemos, lo que podemos tocar o sentir, todo en este universo forma parte del mismo origen primigenio, que todo en esta vida son distintos universos en número infinito de posibilidades de que exista vida tal y como nosotros comprendemos ese concepto. Entrando un poco en detalle del concepto de vida que se comprende actualmente se podría definir como el periodo de tiempo que transcurre desde que naces hasta que mueres. Obviamente yo, individualmente no estoy de acuerdo con dicha afirmación, pues a pesar de las críticas que he recibido a lo largo de la vida sigo creyendo que la vida es infinita y que tenemos existencia desde que la conciencia energética dió origen a la materia en el origen del universo, y que lo que estamos empeñados en llamar muerte, no es más que un cambio, un respiro, o una transformación de la energía que transporta nuestro cuerpo, el cual debemos dejar atrás para reunirnos de nuevo con el origen de nuestra existencia, que no es otro que la energía de la que posiblemente hablaban estas culturas.

Quisiera dejar abierta la posibilidad de pensar, ¿y si estoy en lo cierto y el miedo a la muerte que se ha generado en nuestra cultura es la que nos impide evolucionar como seres humanos?. El miedo a ir al infierno, ser castigado por los pecados cometidos durante nuestra vida, o indiferentemente el miedo a perder la vida. ¿Existe algún propósito pensado también en este aspecto que promueve el vivir tu vida sin importar lo que hagas, en lo que lo único que importa es disfrutar y ser feliz hasta que "todo acabe con tu muerte"?.

¿Y si todo el mundo perdiese el miedo a morir comprendiendo que la vida no termina ahí, sería una revolución humana hacia un nuevo progreso?. ¿Quién gana si el miedo perdura?. Si existe una cualidad en el ser humano, es la de aprender, y quien sabe si después de la vida que conocemos seguiremos aprendiendo.